Ben Linus se ha convertido en uno de los villanos más enigmáticos de la tele, mirada siniestre incluída. Sólo falta que el actor que lo interpreta en Lost se lleve el Emmy. A un mes de la entrega de premios televisivos, el actor Michael Emerson está nominado al Emmy como actor secundario en serie dramática. Emerson ya ha estado en esa situación. Dos veces. Nominado por su papel como líder de los Otros, Emerson perdió el Emmy en 2007 ante Terry O'Quinn, su compañero en Lost, y ante Zeljko Ivanek, de Damages, el año pasado. ¿A la tercera irá la vencida?

"Creo que es suficiente honor estar nominado", dice cauteloso. "Cualquiera que tenga una larga carrera en televisión, estar nominado al Emmy es un éxito a cualquier nivel, es genial para mí". Emerson y el reparto ya están en Hawaii, metidos en la producción de la sexta y última temporada de la serie. Antes de unirse a Lost, el papel más importante del actor en televisión fue en The Practice, donde interpretaba a William Hinks, con el que curiosamente sí se llevó el Emmy como mejor actor secundario.

Este actor de teatro de 55 años está sorprendido por el éxito de su personaje. Los fans dicen que se sienten atraídos por la ambigüedad moral del dañado personaje de Ben, que no sabes si es bueno o malo. Es un rasgo común en los personajes de Emerson, como el propio Hinks o el de Zep Hindle en la primera película de Saw. "Lo interpreto como cualquier villano ambiguo", comenta. "Quieres captar a la audiencia y situarlos en una posición moral ambigua, tan irritante como fascinante... Sería genial para mí que la serie acabara y que nadie supiera si Ben es un héroe o un villano".

Aunque Emerson está triste por la cercanía del final, está encantado de que Lost haya dejado su huella en la historia de la televisión. Con o sin Emmy. "Hay muchas series que han utilizado este formato espectacular, de aventuras y ciencia ficción, tratando de reinventar la magia creada en Lost". Cree que ha sido genial trabajar en Lost, pese a su toque dramático.

Sí, la serie es dura... pero hemos acabado riéndonos todos juntos. Es un estado de camaradería muy divertido. Es decir, nos tomamos nuestro trabajo muy en serio y creo que las actuaciones están a un nivel muy alto. Pero cuando te levantas a las 4 y trabajas 14 horas seguidas, el asunto se vuelve más distendido por la noche", dice. "A veces creo que las mejores escenas son las que estamos más fatigados".

Fuente